La variedad de productos en el sector de los seguros es muy amplia. Tanto, que en ocasiones no es fácil diferenciar unos de otros o reconocer cuál es el que mejor se adapta a cada perfil.

En estas líneas tratamos de mostrarte las características principales de los seguros de vida, uno de los más comunes del mercado, pero también las de los seguros de ahorro y de inversión, dos modalidades menos conocidas que garantizan rentabilidad.

Los seguros de vida van dirigidos a los padres de familia que quieren velar por la protección de los suyos. Con ellos, las eventualidades menos agradables quedan cubiertas, como los accidentes de tráfico, invalidez, enfermedad, trasplante o incluso fallecimiento, dependiendo de la póliza contratada y de la cantidad a desembolsar. Estos seguros son los preferidos de muchos ciudadanos, pues aportan tranquilidad en lo más valioso: la familia.

Seguros de ahorro e inversión, rentabilidad y capital garantizado

Los otros dos productos de los que nos ocupamos van dirigidos a inversores con perfil conservador, es decir, aquellos que quieren sacar rentabilidad a su capital pero sin asumir riesgos excesivos. En este sentido, los seguros de ahorro son muy parecidos a los depósitos a plazo fijo, con la ventaja de que llevan aparejados un seguro de vida, aunque más limitado y garantizados solo con la solvencia de la entidad emisora.

La rentabilidad es constante, aunque menor que en otros seguros de mayor riesgo. También conviene tener en cuenta que una retirada anticipada del capital aportado supone penalizaciones importantes. Se usan mucho para hacer frente al gasto que supone, por ejemplo, la educación de los hijos o a la boda de un hijo.

Además de los seguros de vida y los seguros de ahorro, también son interesantes los seguros de inversión. Estos productos buscan dar protección y cobertura a los inversores frente a la volatilidad que existe actualmente en los mercados financieros. Son, por tanto, lo menos conservadores de los tres, pero aún así tienen una función de minimizar riesgos muy clara. Su rentabilidad suele ser también baja, sin llegar a superar el 5%.

A diferencia de los seguros de ahorro, los de inversión tienen un recorrido más a corto plazo, para usuarios no demasiado experimentados que buscan ante todo tener su capital inicial garantizado.

En cualquier caso, se trata de productos de cierta complejidad que requieren siempre asesoramiento profesional a la hora de contratarlos. Ponte en contacto con nosotros y resolveremos las dudas que tengas.